Relaciones Sagradas - parte 6

4) Desear el triunfo de la otra persona.

Es un poco trabajar sin exigencias junto a la persona en su éxito personal, profesional, espiritual. Trabajar “junto a”, no significa “en lugar de”. Ayudar a levantar el vuelo, si hace falta ponerle alas a los sueños. Para esto hace falta dejar afuera la competencia, los celos y compañía.
Por su puesto que antes tenemos que escuchar esos sueños.
Es un poco lo que a mi me enseñaron cuando comencé este camino, rezar porque los alumnos alcancen la iluminación o el despertar antes que uno mismo.
“¿En qué te puedo ayudar?”, “¿Querés que te pase esto por la computadora?” “Acá tenés la información que necesitabas”.

5) Me comprometo a concederle la total libertad.

Esto significa quitarle todo tipo de control que nuestros patrones hayan puesto sobre ella. Quitarle todo juego de censura que lo inmovilice. Cortar las telarañas que nuestros miedos y culpas tejieron en torno a esa persona. Darnos cuenta de las palabras y / o actitudes que intoxican y crean dependencia.
En la medida que yo disfrute mis permisos y mi libertad interna, podré disfrutar y conceder el derecho a la libertad a quienes me rodean.
- Libertad para que crezca como tiene que crecer y no como yo quiero o creo que tiene que ser. En el momento que quiera, no cuando yo quiera y con quien lo necesite.
- Libertad para que esté a mi lado.
- Libertad para que se vaya si así lo decide.
- Libertad para equivocarse todas las veces que necesite hasta aprender y nosotros cambiar el reproche por amor y que sepa que a pesar de esos errores yo estoy allí, si así lo decide. El reproche crea culpas, y de la única manera que yo libero a la persona de su agobio es aliviando su mochila a través de la bendición.
- Libertad para cambiar sin previo aviso.
- Libertad para empezar de nuevo.
- Libertad para elegir.
Recordemos que los mayores rendimientos como seres humanos en cualquier ámbito siempre se dan en los mayores márgenes de libertad y las más profunda alegría se da precisamente en la sensación más auténtica de libertad.
En la fluidez de mis actitudes aprendo a despegar y por consiguiente aprendo sobre la libertad. Al poner alas a quienes me rodean aprendo y enseño a volar.