Sin atentar contra nuestra ética y moral, esto significa estar en las pequeñas cosas de la vida que yo pueda hacer y estar atento a lo que no me corresponde hacer.
Hacer feliz al otro sin que involucre ningún sacrificio, porque si lo hago desde el dolor, desde la incomodidad seguramente voy a pasar a “cobrarlo” más tarde.
Esta alegría o felicidad que le brindo al otro ser, es seguro que me va a llenar de alegría y felicidad también a mi, en la medida que no pierda la espontaneidad, ni la naturalidad. Es importante ser genuino. No dar para quedar bien, sino para hacerte el bien.
Debemos aprender a controlar el automático “no” y también el automático “si”. Ser concientes y estar despiertos antes de decir “no” o decir “si”.
Decir “si” sabiendo que no me estoy ocasionando un dolor de cabeza posterior . Decir “no” sin con el mismo amor y ese amor no va a lastimar al otro. Dar amor incluso en el ¡basta! Nunca va a lastimar a nadie, ni a mi, si lo hago desde el amor, desde mi YO REAL . De esta manera, todos los “si” y todos los “no” van a ser genuinos en tiempo y forma.
Es más importante ser naturales en la vida que normales (regidos por normas sociales o de “convivencia”).
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