Relaciones Sagradas parte 3

Es importante decir adiós al síndrome del perro y/o del lobo. El perro que se asusta, esconde el rabo entre las patas y sale corriendo; el lobo que se quiere comer a la otra persona. A veces mucho perro, terminó siendo lobo.
Respetando nuestros tiempos (y los del otro), iremos aprendiendo a decir lo que sentimos con amor, hasta lo más duro; nunca puede ser algo tan duro como una mentira. En la mentira se frena todo proceso transformador, la verdad nos hará libres. En la mentira fomentamos el cinismo en nuestra cabeza, frenamos la creatividad.
Otra cosa importante: no apoyar el castigo en ninguna de sus formas, ni el mío hacia los otros, ni de los otros entre los otros. Hacerlo es un poco ponerme en dios, en superior: “Tengo que castigarte para que aprendas”, “te lo tenés merecido”. Aparte, apoyar el castigo en otros es reconocer el castigo en nosotros si pensamos que nos portamos mal (según criterio de nuestro juez interno). Estar atentos a las sensaciones de venganza ya que es la más enfermiza de las actitudes mundanas por el mal que puede implicar la acción en sí y el hecho de suponer que “se lo tenía merecido”. La conciencia en el castigo nos aleja de nuestra propia esencia y lo que recomendamos para otros lo aceptamos para nuestra propia vida.
Simplemente bendecir y pedir el milagro de Dios para nuestros hermanos que están dormidos, como yo. Podemos pedir también el milagro para nuestro dolor. Todo lo que hago por quienes me rodean se fortalece en mí.
Cuando estoy bendiciendo estoy dando Amor y me estoy bendiciendo; actúa como el desodorante de ambientes de semilla de pomelo que se consume todos los malos olores y deja una fragancia natural, así actúa el amor cuando estoy bendiciendo: su energía consume todas las energías bajas que pudiera haber flotando en el ambiente o en el aura de la persona destinataria. La bendición tiene capacidad limpiadora,limpia los cuerpos inferiores, consume todas las partículas oscuras que pueden haber en torno a alguien. Cuando contemplamos con esta perspectiva a las personas que nos hacen sentir mal o nos damos cuenta de que están actuando desde sus miedos, rencores o insatisfacciones, si yo reacciono desde la crítica, el juzgamiento y la condena, es querer remediar una ausencia desde otra ausencia, es como querer apagar un incendio con nafta. En cambio puedo tomar la responsabilidad de llevar amor y presencia de luz a través de la bendición aunque mi ego me pida venganza.
Esto sucede cuando decidimos poner el alma (poner el corazón) en cada relación, estamos constantemente poniendo fragancia divina en cada cosa que decimos y hacemos. Dando amor se siente el verdadero amor; estar abiertos para todo el amor que el Universo tiene para nosotros. Ser vehículos y no guardar nada para “más tarde”.
Este es el mejor remedio para los miedos y las culpas diarias, porque nos sincronizamos con la unidad de todas las cosas. O como se diría religiosamente, nos reconocemos todos hermanos, como hijos de un solo Padre, o de una sola Esencia. Con este propósito de vida, toda la luz de nuestro corazón surgirá espontáneamente haciendo cada momento de nuestros días un Instante Santo.
El Instante Santo cree en el aquí y el ahora. La culpa cree en el pasado y el miedo cree en el futuro. El Instante Santo experimenta la profundidad y la intensidad de cada momento. La suspensión de todo juicio nos lleva a la suspensión del tiempo en su percepción lineal y entramos en la dimensión de la inocencia divina.
Y así surge la magia porque convertiremos cada momento ordinario en extraordinario. Ya no estaremos enfrascado en buscar lo extraordinario más allá de nuestras narices.
Cada vez que queramos hablar de alguien, es necesario que pensemos un instante si lo que voy a decir reúne 3 condiciones. Estar seguro que lo que voy a decir sea:
a) verdad
b) necesario
c) amoroso
Si no reúne estas 3 condiciones a la vez es preferible que callemos y en lo posible tampoco prestar nuestros oídos a las críticas. Así nuestros oídos permanecerán limpios para oír la voz de nuestra Presencia de Dios nosotros.
Esta es la base de una comunicación fluida y constantemente dar el mando; así siempre estaremos dando amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario